Es momento de contribuir a todos esos panaderos quienes trabajan cuando nosotros dormimos para traernos estas delicias. Estos fragmentos en la vida que recordamos al entrar a una panadería acompañados de nuestros seres queridos han quedado resguardados por siempre en nuestras vidas.
El poder disfrutar de un pan recién salido del horno, escuchar el bolillo como esta haciendo ese pequeño sonido crujiendo por la materia prima son significativos y como dicen «De la vista nace el amor» es por ello que es inevitable entrar a una tienda y no salir sin comprar un pan para nuestra cena.
Podríamos decir que la panadería tradicional mexicana es una hermosa mezcla de sabores e ingredientes de descendencia europea con la creatividad, técnica y formas de artesanos mexicanos.
Su origen se remonta a la época prehispánica. En aquellos tiempos era a base de maíz y amaranto. Pero no fue sino hasta la llegada de los españoles que el pan empezó a cimentar su importancia.
Los españoles trajeron el trigo a las Américas y al combinarse con el ingenio y creatividad del pueblo mexicano comenzaron a surgir las formas y sabores del pan tradicional mexicano que conocemos hoy en día.
Durante la época del Porfiriato cuando México vivió bajo una fuerte influencia francesa dio origen a nuevos panes como los bolillos, cuernitos y pan hojaldrado. Pero si lo pensamos bien, el pan mexicano es un arte que continuamente crece para deleite de todos nosotros.