El bolillo es el elemento principal en platillos como molletes, capirotada y por supuesto la gran variedad de tortas que existen. De hecho, se dice que quienes viven en Ciudad de México meten de todo en este pan, hasta hay tortas ¡de helado y de gelatina!
Es tan indispensable y popular que unos buenos chilaquiles siempre deberán estar acompañados por un crujiente bolillo.
Incluso, hasta uso curativo se le ha dado, para muchos, es el mejor remedio después de un susto, ya que absorbe los ácidos gástricos que se pudieran generar.
Pero… ¿cuál es su origen?
Pan de trigo en México
Los datos que más coinciden con respecto a la elaboración y consumo de este tipo de pan en México se remontan a la época de la Conquista. Antes de la llegada de los españoles a nuestro país, se preparaban algunas variedades de pan a base de maíz, amaranto o mezquite, molidos en metates.
La versión de cómo llegó el trigo a tierras aztecas, refiere que un esclavo traído por los españoles sembró tres granos de trigo (que venían entre el arroz), de los cuales uno logró germinar. Posteriormente ya se comenzaron a traer estos granos en mayor cantidad.
Asimismo, el ingreso de molinos y animales de carga permitió que la producción de harina (trigo molido) fuera más rápida.
Se comenzó con la elaboración de pan tipo pambazo que era un alimento económico y llenador.
Su antecedente, el pan francés
El primer antecedente que se tiene sobre la elaboración del bolillo, casi como lo conocemos actualmente, fue gracias a Camille Pirotte, un panadero del emperador Maximiliano, quien fue encargado de enseñar a las tropas de Guadalajara cómo hacer pan. Pese a que no contaba con levadura, se las ingenió para elaborarlo.
Pirotte se volvió muy popular debido a que regalaba a la población el pan que se quedaba después de dos días. Se dice que, por esta razón, al bolillo también se le conoce como birote, pues es como pronunciaban su apellido.
Por otro lado, durante el Porfiriato la cultura francesa tuvo mucha influencia en México, y la cocina no fue la excepción; es en este momento cuando se comienza a elaborar un pan con la costra crujiente en el exterior y de migajón suave y esponjoso por dentro, parecido a la baguette. El cual se fue popularizando por todas las regiones del país.
Hoy en día, el bolillo es uno de los panes preferidos de los mexicanos, pues es de uso muy versátil, económico y sencillamente delicioso; además, porque… un recreo sin torta no es recreo.
En panaderías Lecaroz encontrarás diariamente y desde muy temprano bolillo calientito recién salido del horno.