El pan de muerto de totomoxtle es una versión del pan de muertos tradicional que incorpora hojas secas de maíz (totomoxtli, en náhuatl) como parte de su preparación.
Gracias a su particular color negro y sabor ahumado ha ganado popularidad en los últimos años.
En este artículo te decimos qué hace tan especial al pan de muerto de totomoxtle y por qué no puede faltar en tu ofrenda.
¿Por qué es negro el pan de muerto totomoxtle?
El secreto en la elaboración de este pan radica en que las hojas de maíz se tateman en comal o se tuestan en horno hasta convertirse en cenizas, lo que le otorga su característico color.
Una vez que se tienen las cenizas, se muelen y mezclan con azúcar para obtener la cobertura negra del pan de muerto de totomoxtle. Además de brindar este color particular, el maíz quemado añade un sutil aroma y sabor ahumado que enriquece la experiencia al degustar este pan.
Un dato que pocos conocen es que el totomoxtle es rico en antioxidantes y fibra dietética, lo que ayuda a la buena digestión.
Pan de cenizas en la ofrenda
El maíz tiene una importancia ancestral en las culturas prehispánicas, era considerado un regalo divino, base de la alimentación y símbolo de la vida misma. Colocar pan de muerto de totomoxtle en la ofrenda representa una conexión con la tierra.
Además, las cenizas tienen una profunda carga simbólica, especialmente en el contexto de la muerte y los rituales de despedida. Para muchas culturas prehispánicas, las cenizas representaban el ciclo de la vida, la muerte y la regeneración, ya que el fuego era visto como un elemento purificador que transformaba lo terrenal en algo espiritual.
Este pan es una representación de la simbiosis entre el maíz, alimento sagrado en la cultura prehispánica, y las costumbres actuales de recordar y honrar a los muertos.
Recuerda colocar en tu ofrenda pan de muerto de totomoxtle, encuéntralo en nuestras sucursales Lecaroz durante los meses de octubre y noviembre.