Pan de canela o “Panadero encanelado"

Aroma que despierta recuerdos y antojos
En Lecaroz llevamos décadas horneando lo que a las familias mexicanas les sabe a casa. Entre esas piezas que nunca faltan está nuestro pan de canela.
Un clásico del pan dulce que conquista por su suavidad y ese perfume especiado que se reconoce incluso antes de abrir la bolsa.
Entre nuestras opciones deliciosas de pan dulce encontrarás el Panadero Encanelado, nuestra pieza icónica para los amantes del sabor cálido y reconfortante de la canela.
Nuestro clientes lo saben
En Lecaroz somos reposteros y panaderos apasionados. Amasamos, reposamos y horneamos cada día. Cuidamos temperaturas, tiempos y, sobre todo, la experiencia del comensal.
Cuando pienses en pan y canela, piensa en una pieza de pan dulce tierna, ligeramente dorada y con ese toque aromático que invita a repetir. Aquí los clásicos se perfeccionan y se sirven siempre frescos.
Qué es el pan de canela y por qué siempre se antoja 🤤
A diferencia de otras piezas de pan dulce, el pan con canela no necesita demasiados adornos para brillar.
Su encanto está en la miga esponjosa y en la capa de azúcar con canela que perfuma cada bocado. Es versátil: funciona a la hora del desayuno con café de olla, a media tarde con leche fría o como “algo dulce” después de la comida.
Y ni qué decir de una tradicional pieza de pancito dulce con un vaso de leche antes de ir a la cama ¿no?
Algo importante es que este pan no debe confundirse con los Rollos de canela (Cinnamon Rolls). Esos suelen llevar un espiral con relleno y glaseado espeso.
El pan encanelado, en cambio, tiene una textura más ligera y está cubierto de azúcar. Excelente postre para quien busca equilibrio entre dulzor y aroma sin saturar el paladar.
Como buenos reposteros, defendemos el ritual: partir, oler, morder y cerrar los ojos un segundo. Ese es el momento en que el pan habla por sí solo.


Origen aromático: de la ruta de las especias a la mesa mexicana
Se considera que la canela se usa en panadería procede, históricamente, de dos especias: la “verdadera” (Cinnamomum verum, de Sri Lanka/India/Myanmar) y la cassia (Cinnamomum cassia). Ambas apreciadas desde la antigüedad por su aroma cálido y dulzón.
Durante la época virreinal llegó a Nueva España gracias al comercio transpacífico del Galeón de Manila (1565–1815).
Este conectaba a Manila y Acapulco transportando porcelanas, sedas… y también especias. Así pues, desde Acapulco, la canela viajaba tierra adentro hacia los principales centros urbanos y monásticos.
En las cocinas conventuales novohispanas, laboratorios clave de la repostería, estas especias asiáticas se integraron a atoles, chocolates, almíbares y masas. Esto sentó las bases de muchos postres y panes que hoy asociamos a “sabor casero”.
La canela en la modernidad
Con el tiempo, y ya en panaderías de barrio, el gusto local consolidó el pan con canela. Apreciado por su miga suave, costra azucarada y perfume inconfundible por su ligereza y acabado clásico.
Así nació ese imprescindible de la canasta que hoy seguimos buscando para toda ocasión.
¿El resultado?
Un perfil aromático que despierta apetito y memoria. Y aunque cada región tiene su “versión favorita” (conchas espolvoreadas, hojaldrados con azúcar, orejas crujientes), el pan encanelado se ganó su lugar por noble, por honesto y por cumplidor. Es el amigo que nunca falla en la canasta.

Un poco más de cultura panadera en cuanto a la canela
La canela, usada con cautela, no tapa sabores: los panes de canela bien balanceados realzan la mantequilla, la vainilla y los azúcares del pan. Por eso funciona tan bien con lácteos, con chocolate y con frutas cocidas. También explica por qué el encanelado convive sin problema con piezas más intensas. Por ejemplo, unas donas con doble chocolate o más delicadas como las conchas de vainilla.
¡En la variedad está el disfrute!

Cómo disfrutarlo como un conocedor
Aunque el pan con canela ya es un deleite por sí solo, te compartimos nuestras sugerencias preferidas para disfrutarlo solo en casa o con compañía.
Recién comprado, tibio 🤌🏻
Caliéntalo brevemente para levantar el aroma.
Con un toque de mantequilla derretida
Unta un poco en la superficie; es una combinación irresistible.
Maridajes que suman
- Café de olla
- Chocolate caliente estilo Oaxaca
- Té negro especiado
- Leche fría
Por qué elegir Lecaroz cuando se te antoja un gusto a canela
Porque aquí la panadería no es discurso: es oficio. Horneamos a diario y cuidamos que cada pieza llegue con la textura y el sabor que esperas de un clásico. Además, puedes comprar en línea o ubicar la sucursal más cercana para recoger tu pedido. Te damos toda la facilidad para el día a día.
Preguntas frecuentes
¿Cuál es la mejor forma de disfrutar el pan de canela de Lecaroz?
Entíbialo uno o dos minutos para reavivar el aroma; acompáñalo con café o leche. Si buscas algo extra, una pincelada de mantequilla derretida y una pizca de canela elevan la experiencia.
¿Cuál es la diferencia entre este pan y los clásicos rollos de canela?
Los rollos de canela llevan espirales con relleno y glaseado. El encanelado de la canasta es más ligero, con miga suave y un acabado tradicional pensado para disfrutar varias piezas sin empalagar.
¿Qué lo hace diferente de otros panes con canela del mercado?
La consistencia del horneado y la frescura diaria. Además, forma parte de una línea amplia de pan dulce que puedes combinar en pedidos para eventos o para tu mesa de todos los días.
Tradición que se comparte
En Lecaroz, horneamos para acompañar la vida diaria: la lonchera, el cafecito de media mañana, la reunión que se armó de improviso. Y en esa lista, el encanelado no puede faltar. Si buscas un pan de canela que cumpla siempre, aquí lo tienes.
Sigue leyendo historias dulces y tips útiles en nuestro blog. Descubre más sobre nuestros pasteles y otras tradiciones, y ubica la sucursal que te quede mejor para hacer tu pedido. Te esperamos en el mostrador o en la tienda en línea.
De igual forma te invitamos a seguirnos en TikTok dónde compartimos todas nuestras deliciosas creaciones.






